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Governor Phil Murphy

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Michael Noriega hace su discurso en el anunciamiento de su nominación a la Corte Suprema de Nueva Jersey

05/15/2023

Lunes, 15 de mayo de 2023

Gracias, gobernador Murphy.  

Con mucha humildad y un profundo sentido de responsabilidad estoy frente a ustedes hoy, honrado por aceptar la nominación para el cargo de juez asociado de la Corte Suprema de Nueva Jersey.

A nombre propio y de toda mi familia, gracias por invitarme a este increíble viaje.  No hay palabras que puedan expresar totalmente el inmenso privilegio que siendo al ser nominado.  Me llena de humildad que, de nuevo, me llamen a servir a este gran estado y a sus habitantes. 

Nuestra Corte Suprema ha recibido reconocimiento nacional por su rigor intelectual y sus decisiones orientadas al futuro.  La oportunidad de unirme a este equipo es un increíble voto de confianza en la carrera en derecho que he desarrollado en las últimas dos décadas. Prometo hacer todo lo que esté a mi alcance para que su decisión sea significativa.

No puedo continuar sin primero agradecer también al equipo del gobernador Murphy, en particular al abogado principal Parimal Garg, por su profesionalismo y apoyo.  Les digo dos cosas: Lamento que probablemente tendremos pocas interacciones si tengo la fortuna de que ser confirmado... y también, ¡lo siento por los Knicks! 

Cualquier duda que tuviera sobre continuar por el camino judicial se resolvió cuando conocí al equipo del gobernador.  Se esmeran profundamente por seleccionar al candidato adecuado, por encima de todo.  Ha sido un privilegio para mí trabajar con ellos para llegar a este momento. 

Al Panel de Asesoría Judicial del gobernador, liderado por el antes presidente de la Corte Suprema, Zazzali, les digo: gracias.  Para quienes no están al tanto, este es un panel principalmente compuesto por antiguos presidentes y jueces asociados de la Corte Suprema, cuyo amor por la Corte es tan profundo que continúan participando en la selección de sus futuros miembros, para asegurar la consistencia de su gran legado.  Espero un día encontrarme en la misma posición, para seguir manteniendo la excelencia de nuestra Corte.

Un agradecimiento personal al juez Barry Albin, a cuyo cargo ascendería en caso de ser confirmado.  Lo conocí la semana pasada en un evento donde recibió un reconocimiento otorgado a los miembros del colegio de abogados que ejemplifican el profesionalismo, la dedicación y la pasión por el derecho, un reconocimiento que pocos merecen  con tanta creces.  Espero estar a la altura del juez Albin.

También quiero agradecer a los miembros del Comité de Nombramientos Judiciales y Fiscales de la Asociación de Abogados del Estado, el Comité Judicial del Senado, dirigido por el jefe del comité Stack, el Presidente del Senado Scutari y todos los miembros del Senado que darán su tiempo y atención en honor a su obligación constitucional de proporcionar asesoramiento y nombramiento.

Debo extender un agradecimiento especial al presidente del Senado, Scutari, y me conmueve profundamente su presencia aquí hoy para ofrecer su apoyo a mi nominación.  He visto de primera mano cuán seriamente considera este proceso, y sé que nuestra judicatura es mejor debido a ello.

Al senador Bramnick, gracias por su firme apoyo, estoy especialmente agradecido con usted por invitarme a ser miembro de su bufete de abogados en estos últimos nueve años.  La decisión me cambió la vida, y no sería quien soy hoy si no lo hubiese conocido. 

A mi familia, amigos y colegas presentes hoy o que están asistiendo remotamente: sepan que su amor y apoyo es la razón por la que estoy aquí hoy.  Muchos de ustedes han estado conmigo desde mi niñez, y agradezco a cada uno de ustedes por estar en este viaje conmigo. 

A mi asombrosa esposa, Melissa, con quien celebraré 20 años de feliz matrimonio la semana que viene, no podría imaginarme una vida sin ti. Todo lo que hemos construido se debe a tu fortaleza.  Gracias también por el mejor regalo, nuestras cuatro hermosas hijas.  Ustedes cinco son mi vida, y todo lo que hago lo hago por ustedes.  Gracias, Emma, Abby, Becca, Katie y Melissa. Ustedes son mis cinco mejores amigas, y las amo más de lo que pueden imaginarse.  A Amelia, mi asombrosa suegra, gracias por ser tan maravillosa amiga y confidente. 

Quise ser juez desde el inicio de mi carrera en el derecho.  Incluso investigué sobre un programa de LLM mientras estaba en Seton Hall, sin entender realmente cómo se convierte uno en juez, y suponiendo que se trataba de una rama distinta en la facultad de derecho.  Mi padre y yo también hablábamos frecuentemente sobre la posibilidad de ser juez. 

Volví de la Universidad Rutgers para vivir en casa durante mi carrera de Derecho.  Mi hermano mayor, Carlos, se mudó, y mi hermano menor, Joe, se quedó con su habitación en el lugar más remoto de la casa, dejando vacía la pequeña habitación junto a la mía.  Convertí esa habitación en un despacho.  Con orgullo puse una calcomanía de Seton Hall con una balanza de la justicia dorada en la pared.  Mi papá, bromeando, quizás proféticamente, empezó a llamar a esa habitación el “juzgado” y empezó a llamarme “juez”.  Ya que el negocio que él y mi madre tenían y manejaban estaba justo debajo, él subía luego de los días largos y siempre paraba en el “juzgado”, y preguntaba emocionado, qué estaba estudiando.  Frecuentemente debatíamos sobre los asuntos legales de los casos que estaba leyendo.  Una vez pasamos tres horas discutiendo sobre la posesión adversa. 

La noche antes de que colapsara, una semana antes de su fallecimiento, llamé a mis padres solo para hablar con ellos. Hablé con mi mamá antes de que le entregara el teléfono a papá, y él luego terminaría la llamada como siempre, “te amo, hijito -- adiós, juez”.

Él era el mejor hombre que he conocido.  Mi padre, Carlos Noriega, junto con mi maravillosa madre, Tery Noriega, quien se encuentra aquí con nosotros hoy, hicieron el gran sacrificio de dejar sus vidas en Perú, sus carreras como médicos, su familia extensa y todo lo que conocían, con la esperanza de una mejor vida en los Estados Unidos para ellos y sus futuros hijos.  Gracias, mamá, por todo.

Y aquí estoy, con la posibilidad de alcanzar el mayor honor en una carrera en derecho. Me ha encantado ser abogado, empecé en la oficina de defensores públicos el 8 de septiembre del 2003, y ese fue el día en el que entré a un juzgado por primera vez como abogado.  Me entregaron dieciséis expedientes, entré a una celda de detención e hice mi primera comparecencia ante el tribunal. Argumenté mi primer caso ante la corte, luego de una conversación de diez minutos con el cliente, quien me dijo que infringió su libertad condicional porque su abuela había muerto.  También perdí mi primer debate legal ese día.  El juez indicó correctamente que la misma abuela de ese cliente había muerto en otras dos ocasiones, y que no aceptaría esa excusa.  Se llevaron a mi cliente esposado, pero no sin antes ver mi rostro decaído y darme palmaditas en la espalda y decirme, “está bien, al menos lo intentó”. 

Espero haber hecho más que solo intentarlo en esta carrera. Rezo y espero haber tenido un impacto positivo sincero en nuestro sistema legal y en las vidas de las personas a quienes he representado en los últimos 20 años.  Pero ahora, mi compromiso es con todos los habitantes de Nueva Jersey, ya que pondré mi conocimiento y experiencia al servicio de esta enorme responsabilidad con la que me honra comprometerme. 

Y con esto en mente acepto esta nominación, con humildad y orgullo.  Hoy juro trabajar más que nunca para honrar el sacrificio de mis padres dejando mi huella y manteniendo la tradición de respeto de nuestra familia por las leyes de este maravilloso país, de orgullo por sus oportunidades y devoción por su historia. 

Quiero agradecerle de nuevo, gobernador, por esta oportunidad y espero trabajar con los miembros del Senado para que consideren mi nominación.